Reencuentro

Cada día te despiertas con un nudo en el estómago, pensando si ese día será el último, si mereció la pena, si te arrepientes.
Y al minuto sabes que no tenías opción, que no hay otro camino a seguir que el de la victoria, que estás, siempre, con los vencedores.
Piensas en las personas que han quedado atrás, que no lo entendieron, que no lo soportaron y sientes una inconsolable soledad.
Cuantas veces más deberás pasar por esa prueba y superarla, y cuantas veces más comprobarás que a tu alrededor, nadie más la supera.
Tal vez amanecerá el día en que podrás compartir tus secretos, pero mientras llega, sólo los dioses te acompañan y tus noches arden en llamas.

Gracias Bukowski, gracias Marniol

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