Las comillas

Nunca se puede saber cuando llega el momento en que todo cambia. Sucede, sin más.
Ahora que ya había tirado la toalla, me tientan con una oferta que no puedo rechazar. Sé que eso supondrá alejarme del equilibrio que había conseguido encontrar, que tendré que desarrollar mi vida como "se" espera que haga.

Madrugaré, haré que trabajo durante siete horas al día, cuando me bastará con media, tendré que relacionarme con gente a la que no conozco y que tendrán que incorporame a su día a día. Fingiré que me gusta hacer lo que hago, pero lo haré sólo por la pasta.

No quiero trabajar de este modo, pero no me queda otro remedio, o si, podría explicar por qué no quiero hacerlo así, pero sería tan complicado que lo entendieran "quienes" insisten en que es una buenísima oportunidad, que sencillamente paso.

En fin, también tengo que reconocer que ya ha pasado el tiempo suficiente para que hubiera dado algún paso en alguna dirección, que no he dado, pero ahí están los motivos por los que no lo he hecho.
Por lo visto tampoco hay "quien" pueda entenderlos, así que, en definitiva, esto es lo que hay.

Comentarios

  1. Si es que he nacido para no trabajar... qué le voy a hacer!! :D

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  2. Ya somos un gran nº de personas, aunque que lo hayan llevado a cabo, creo que solo el pelao y aun asi hay dias que......preguntate a "quien", a "que", "como", "cuando", "donde" y "porque", se le pueden quitar las comillas y a lo mejor te sorprende la respuesta, yo desde luego alguna propuesta de trabajo he rechazado, mejor que la que tengo ahora, economicamente hablando, pero la comodidad estabilidad y buen hacer de mis compañeros, algunos amigos, ha hecho que me replantee el tema y decida que mas vale lo malo conocido que....

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  3. Pandilla de vagos...

    A trabajar inmediatamente!!

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  4. Pitxi, el caso es que yo no veo las ventajas de esta oportunidad, sólo recibo uan enorme presión para que las vea, y ni aún así.

    En fin, el tiempo dirá, porque hasta después del verano no tengo que decidirme.

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  5. yo no comentare porque estoy en el otro lado de la orilla....solo decir, es posible, es plausible, es necesario y es ley de vida.
    aunque el trabajar esta muy bien tambien, te atonta de tal manera que no te quedan ganas ni fuerzas para perturbarte con el maldito pesar del pensar vital.

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