Irregular

Gerry era incapaz de mantener la regularidad en nada de lo que hacía. Perdió sus anteriores empleos porque aunque se aplicaba con todo su esfuerzo en la tarea que se le encomendase, no conseguía hacerlo de forma continuada.

Le pedían que repusiera los estantes de las conservas y cuando el encargado iba a revisar su tarea, Gerry ya no estaba, la estantería estaba medio vacía y Gerry andaba llevando las bolsas a una anciana a su automóvil, o se había dedicado a barrer el almacén, que seguro que necesitaba un repaso, pero no en ese preciso momento.
"Prioridades, Gerry, prioridades ¿como te lo tengo que decir? así no vas a durar aqui, muchacho".

Era un buen chaval y todos los que le despidieron de sus anteriores trabajos lo hicieron con una gran pena, que olvidaron al minuto siguiente.
"El tiempo no espera a nadie Gerry, debes hacer lo que debes hacer y cuando debes hacerlo, lo demás no importa, si no, el momento pasa y no vuelve", recordaba las palabras de su madre como si estuviera allí mismo diciéndoselas, aunque hiciera años que había muerto.

Así que consiguió un préstamo de Johnny "cooldead" y puso una tienda. Sin encargados que le despidieran llevaría su propio negocio sin problemas, le caía bien a la gente, eso sería suficiente para sacarlo adelante.

El primer día se prometió que dedicaría todas sus fuerzas a limpiar el local y cuando cayó la noche sólo había conseguido sacar algunas cajas del almacén, limpiar parte del mostrador y los cristales, arreglar dos de las cuatro luces y poner parte del escaparate.
Unos días después no había avanzado mucho más, pero puso el cartel de abierto. Casi nadie entró, los que lo hicieron pensaron que aún seguía de mudanza y como Gerry no estaba en ese preciso momento detrás del mostrador, no pudo invitarles a entrar.

Pasaron varias semanas hasta que la tienda empezó a parecerlo.
Las mercancías estaban expuestas, no todas, pero sí la gran mayoría, la tienda no estaba limpia, aunque tampoco estaba realmente sucia.
La máquina de café seguía con el cartel de "No funciona", no había helados porque Gerry aún no había enchufado el congelador, y el horno del pan siempre lo quemaba, había que estar allí cuando sonara el timbre para sacarlo recién hecho, y Gerry nunca estaba donde debería estar.

Los chavales del barrio se animaban a entrar y robar algunas cosas, no muchas, porque les resultaba demasiado fácil hacerlo.
A veces se cruzaban con Gerry en el pasillo, cargado con alguna caja de camino a algún sitio, o sacando las bolsas de pan quemado a la basura y siempre les decía "Ahora mismo estoy con vosotros".
Cambiaron su juego y empezaron a jugar a esperarle para que les cobrara lo que habían cogido, y el que ganó fue Mickey, el más pequeño, aguantó hasta pasadas las diez de la noche para que le cobrara una bolsa de golosinas, fueron cinco horas de larga espera que exhibía con orgullo en la pandilla "Nadie es capaz de aguantar más que yo" y era cierto, nadie aguantaba el tiempo suficiente para que Gerry consiguiera cobrarles.

Por eso el negocio cada vez iba peor, o en realidad, nunca fue bien.
Las deudas se empezaban a acumular y como Gerry tampoco sabía contar bien los días, porque para él era todo un continuo temporal inaprensible, decidió hacer un enorme cartel que explicara detalladamente a sus queridos vecinos cuando podían encontrarle en la tienda.
Le dedicó mucho tiempo, hasta practicó su mejor caligrafía y estudió exactamente cuando estaría en el mostrador dispuesto y alegre para servirles.
Quiso ser muy preciso, no fuera a entrar algún cliente y quedara insatisfecho y desatendido:
"Abierto la mayoría de los días sobre las 9 ó 10, ocasionalmente más pronto, a las 7, pero algunos días más tarde, sobre las 12 ó 1.
Cerramos sobre las 5:30 ó 6, a veces sobre las 4 ó 5, pero ocasionalmente más tarde, a las 7 ó 8.
Algunos días o tardes no estamos aqui, pero últimamente he estado aqui casi todo el tiempo, excepto cuando estoy en otro lugar."

Y por fin, un día, estando tras el mostrador, exactamente detrás de su caja registradora sin estrenar, salvo por aquellos dos dólares que le cobró al bueno de Mickey, la puerta de la tienda se abrió.
Sintió el impulso de salir a recoger una caja que estaba justo en medio del pasillo, pero recordó las palabras de su madre y no se movió ni un milímetro. Esperaría a que el cliente cogiera lo que quisiera y le cobraría.

Observaba sonriente la puerta y lo primero que vió entrar fueron las botas camperas, después el cañon de la recortada y sosteniéndola, a Johnny "cooldead".

Mientras moría desangrado, seguía convencido de que al menos, el cartel había sido una estupenda idea.

Comentarios

  1. Gerry, no sabia centrarse en un solo objetivo, diversificaba sus actividades, porque en el fondo diversificaba sus afectos, muchas veces hay que apartar a un lado muchas cosas y centrarse en lo que de verdd imprta en ese momento, muchas veces Gerry, habrá pensado que se puede tener a todo el mundo contento y no es así, pq si lo consigues tu seras el único que no sea feliz

    bonito....y aleccionador

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  2. ¿De dónde has sacado el cartel? A mi me parece gracioso...

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  3. Yo pa' mí que Gerry procastinaba por un tubo...

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  4. Hola Cristal, está bonito el cuento, tengo personajes similares a Gerry, si quieres algún día te presento alguno;-)
    besos

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  5. me ha encantado... lástima que me recuerda a alguien que cohabita por mi casa.. vamos al que llamanos
    Okupa de la habitación del fondo... que nunca esta donde debe ni cuando debe.. eso si a comer no falla nunca ;)

    besines embrujados

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  6. Eso mismo creo Pitxi, no se puede contentar a todo el mundo, inevitablemente tiene que llegar el momento en que hay que elegir... o se puede acabar como Gerry.

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  7. Lo vi en Menéame Chuso, suele ser una fuente de cosas curiosas, cuando no les dá por inundar de noticias políticas y por cierto, algo sectarias.

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  8. Antonio, te juro que no sé qué demonios es procastinar... aunque va a ser que no es nada bueno! :D

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  9. Malo, no sé si me gustaría conocer a alguien como Gerry, podría acabar de dos formas, tratando de organizarle la vida o sacando la recortada... y ninguna le ayudaría realmente :D

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  10. Ah! Brujita, si no falla a comer no es como Gerry ;)

    besos

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  11. Conozco a alguien asi, y le digo como le decia la madre a Gerry, es que no se pueden hacer grandes cosas sin centrarse en cada paso.

    El cuento muy bueno, lastima del final.

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  12. Si, algo de lástima me dió cargarme al pobre Gerry, porque seguía sin entender nada.

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