Descomprimiendo

Este año he cogido las vacaciones en el mes de julio, así que a partir del viernes soy completamente libre.

Es en estos momentos de transición cuando más me doy cuenta de lo mucho que me cuesta llevar esta vida tan convencional.

Por supuesto que comprendo que hay que ganar dinero para subsistir, pero ya no estoy tan segura de que para hacerlo sea necesario esclavizarse del modo en que lo estoy haciendo.

Claro que a poco que lo pienso, me ocurre exactamente lo mismo con todo lo demás.

Al menos a estas alturas ya sé que no ha sido por lo rematadamente cobarde que creía que era, porque no lo soy, ni tampoco ha sido por el lógico apego a llevar una vida cómoda y sin complicaciones.

Sé que el problema no está en mi mano y para asumir que fuera así necesitaría mucho más que valentía y dominar el arte del paracaidismo, necesito fundamentalmente más tiempo y asegurarme de que cuando eche a andar, no pasaré por encima de nadie.

Lástima que sólo tenga esta vida para conseguirlo, porque teniendo en cuenta lo lenta que soy tomando este tipo de decisiones, dudo mucho que vaya a tener tiempo suficiente.