Calle Tabardillo
Las expectativas se cumplieron con creces, sabía que iba a ser un encuentro muy especial, pero los Gangs consiguieron convertirlo en único.
Primero conoció a Pitxi, se sintió insegura hasta que su confianza la sedujo. Cuando conoces a alguien sólo por internet nunca sabes qué es lo que realmente encontrarás en la realidad, pero la realidad fue tan amable y cercana como imaginaba.
En la exposición rieron a cuenta del pobre Rodin, que tal vez padeciera alguna obsesión, porque lo cierto es que parecía incapaz de crear nada que no contuviera de forma explícita esa parte femenina en la que los hombres hunden sus deseos. Aunque El Beso era diferente, sólo dulzura, ternura y fuerza.
Después fueron al Trébol y entre kikos y cortezas llegaron Isla Bonita y Chuso, el Capitán de los Gangs, muy serio con su punto irónico, esperaban encontrarse más tarde, pero los que viajan desde las afueras no saben calcular el tiempo, se podría asegurar que en Moncloa existe una distorsión espacio temporal aún no descubierta.
Mientras diluviaba llegó el Pelao, con toda la fuerza de la tormenta, simpático, incisivo, sincero, absolutamente independiente.
Las cervezas fueron llenando la mesa, unas fotos, unas patatas fritas, y hablaron de blogueros, de internet, de encuentros y agradables sorpresas.
Llegaron más cervezas, unas croquetas, y hablaron de ñoñerías, de amistad, de arte, de lo que sentían y por qué.
Se acumulaban las ideas, se amontonaban los acuerdos, la sintonía se podía escuchar con nitidez, era un placer poder contemplar el cuadro en el que se representa la imagen de la amistad.
Salieron hacia el castillo de Pitxi, parando antes en el Wok, que a pesar de estar lejos de Moncloa se veía afectado por la misma distorsión espacio temporal, o tal vez trajeran los noodels de China, y callejeando llegaron al inmenso portón, un enrejado de tres metros de altura que parecía encerrar un tesoro incalculable, y era cierto.
En la torre del castillo habitaba Elastic Girl, dueña y señora del Reino, y sus dos princesas, Godzilla y Gamera. Cuando los artistas del Renacimiento pensaban cómo dibujar un ángel, trataban de imaginar el rostro de Godzilla, sus enormes ojos azules y sus caracolillos rubios.
Charlaron hasta muy tarde, escucharon música, leyeron blogs, rieron y por encima de todo, consiguieron crear una atmósfera cálida y acogedora.
No sé quien pensó que internet podía ser algo bueno, pero donde sea que esté debería saber que acertó. Es mágico. Posibilita que los que están lejos y vibran en una misma onda, acaben vibrando juntos.
Primero conoció a Pitxi, se sintió insegura hasta que su confianza la sedujo. Cuando conoces a alguien sólo por internet nunca sabes qué es lo que realmente encontrarás en la realidad, pero la realidad fue tan amable y cercana como imaginaba.
En la exposición rieron a cuenta del pobre Rodin, que tal vez padeciera alguna obsesión, porque lo cierto es que parecía incapaz de crear nada que no contuviera de forma explícita esa parte femenina en la que los hombres hunden sus deseos. Aunque El Beso era diferente, sólo dulzura, ternura y fuerza.
Después fueron al Trébol y entre kikos y cortezas llegaron Isla Bonita y Chuso, el Capitán de los Gangs, muy serio con su punto irónico, esperaban encontrarse más tarde, pero los que viajan desde las afueras no saben calcular el tiempo, se podría asegurar que en Moncloa existe una distorsión espacio temporal aún no descubierta.
Mientras diluviaba llegó el Pelao, con toda la fuerza de la tormenta, simpático, incisivo, sincero, absolutamente independiente.
Las cervezas fueron llenando la mesa, unas fotos, unas patatas fritas, y hablaron de blogueros, de internet, de encuentros y agradables sorpresas.
Llegaron más cervezas, unas croquetas, y hablaron de ñoñerías, de amistad, de arte, de lo que sentían y por qué.
Se acumulaban las ideas, se amontonaban los acuerdos, la sintonía se podía escuchar con nitidez, era un placer poder contemplar el cuadro en el que se representa la imagen de la amistad.
Salieron hacia el castillo de Pitxi, parando antes en el Wok, que a pesar de estar lejos de Moncloa se veía afectado por la misma distorsión espacio temporal, o tal vez trajeran los noodels de China, y callejeando llegaron al inmenso portón, un enrejado de tres metros de altura que parecía encerrar un tesoro incalculable, y era cierto.
En la torre del castillo habitaba Elastic Girl, dueña y señora del Reino, y sus dos princesas, Godzilla y Gamera. Cuando los artistas del Renacimiento pensaban cómo dibujar un ángel, trataban de imaginar el rostro de Godzilla, sus enormes ojos azules y sus caracolillos rubios.
Charlaron hasta muy tarde, escucharon música, leyeron blogs, rieron y por encima de todo, consiguieron crear una atmósfera cálida y acogedora.
No sé quien pensó que internet podía ser algo bueno, pero donde sea que esté debería saber que acertó. Es mágico. Posibilita que los que están lejos y vibran en una misma onda, acaben vibrando juntos.
Pues eso, que me lo pasé genial, hay que repetirlo!!! :D
ResponderEliminarjejeje que bueno yo vivo en el barrio donde se da la distorsión espacio temporal. un saludo
ResponderEliminarAquellas puertas de 3 metros de alto debían ser las de Tannhauser! La de cosas que hemos visto desde allí... esas naves ardiendo más allá de Orión...
ResponderEliminarComo verias Color,la realidad, siempre siempre, supera la ficción. El encuentro fue maravillosos, una mezcla de sabores y colores únicos.
ResponderEliminarAunque a veces no este tan seguro que Godzilla sea un angel, jajajaja
como bien dices hay que repetirlo, aun te queda por conocer la cueva, "literalmente hablando" del pelao
P.D.; Chuso, seis meses te ha costado encontrar la correspondencia de las puertas de Tannhauser!!!!!
Jejejeej
ResponderEliminarque proxima avenida imaginaria honraremos con nuestros bl-egos proximamente? repetir y seguir improvisando!
ResponderEliminarsalud.
Pues estuvimos por Bilbao María, muy cerca de Moncloa, un día de estos tenemos que quedar :)
ResponderEliminarbesos
Genial Chuso!! lástima que no se me haya ocurrido, hubiera quedado niquelado :D
ResponderEliminarEs cierto Pitxi, llevaba en mente varias posibilidades y la mejor de ellas fue la que más se acercó a la realidad, así que mi imaginación no es optimista, es más realista de lo que creía :)
ResponderEliminarNo lo sabremos hasta que estemos en ella Pelao, es lo que tiene la vida, que hay que vivirla para saber como titularla.
ResponderEliminarYo exactamente vivo en distrito Chamberí, Barrio Arapiles. Moncloa pilla más abajo. Ando a dos pasos de los bulevares que enlazan directo con Bilbao.
ResponderEliminarpues birdygrrl, estas muy muy cerca de las puertas del infiernillo tannhaussil! oh, fie, oh, joy!
ResponderEliminarYo he visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhauser... todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. ¡Es tiempo de morir!
ResponderEliminar:) es genial la frase
Anda! Se rompio el hielo!!! Que bien :)
ResponderEliminarMaría, está claro que el mundo es un pañuelito, tenemos que ir pensando en una quedada bloguera de la zona oeste de la capital :D
ResponderEliminarSi anónimo, es genial, me pregunto a cuantos habrá inspirado... :)
ResponderEliminarSi, fue estupendo, a la próxima tienes que venir Gaiar :)
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