el color del cristal

Empiezo a estar segura de que el paso del tiempo no nos hace madurar. Cuando aún no había llegado a la mayoría de edad tenía una visión muy clara de las cosas. El mundo que me rodeaba me ofrecía sus tesoros y por mi parte sólo existían dos actitudes, aceptarlos o rechazarlos, mi vocabulario entonces se reducía a dos palabras, chachi y paso. Después la vida se fue complicando, empezaron a aparecer las zonas grises fruto de la educación, de la experiencia y la ignorancia y mi vocabulario comenzó a tener muchas otras palabras... "tal vez", "no sé si debería", "espero que sea así", "quizá me equivoque", "podría estar bien" y demás respuestas ambiguas. Es cierto que no se puede estar seguro de nada, el control es un espejismo, y entonces, ¿para qué tanta ambigüedad?. Que la ambigüedad es una espiral que no conduce a ninguna parte no te lo enseña nadie, ya lo sabes, todos los niños lo saben, es cuando lo olvidas, cuando dejas de ser

Bueno, y tras este calentón hormonal que me ha venido tan bien porque no he sentido, ni siento, el frío que está cayendo, espero que como siempre todo vuelva a su rutinario cauce. Navegar por un río embravecido está realmente bien, pero si lo haces durante mucho tiempo vas, y te ahogas. Es lo que tiene la supervivencia, o más bien la necesidad de cordura, que tienes que echar el freno y amarrar las riendas, que galopar un caballo desbocado no tiene nada de seductor, y sí lo tiene montarlo, a fondo. Ganas me han dado de hacer alguna locura, pero ya he sumado tantas que mi intuición me dice que el cielo puede esperar. Lo vi en tus ojos. O tal vez fue lo que quise ver, aunque pondría el cuello en la guillotina sin temor a equivocarme, así de segura estoy de lo que sientes y de que no lo quieres sentir. Sí preferiría, sin embargo, que no vuelva a pasar tanto tiempo sin que tu presencia ilumine el espacio que te rodea, aunque debe ser que hasta eso es ya demasiada petición para ta

Me he pasado media vida buscando la melodía y ahora la escucho, nítida, clara, sólo tienes que estar a mi lado y la música revolotea a nuestro alrededor, ¿puedes escucharla?. No es felicidad, no es alegría, es la realidad que ha cambiado, me siento viajando a través de un mundo en el que nunca había estado antes, el ritmo se acelera, nos traspasa, ¿puedes sentirlo?. Déjate llevar, no pienses que no puede ser real, lo es, aqui está, sólo para ti y para mi, siempre ha sido así, no importa cuanto tiempo ha pasado, se ha evaporado en miles de gotas que nos inundan y nos invitan a beberlo, ¿puedes imaginarlo?.

Me coges de la mano y me llevas donde nadie más ha estado. Me miras y me atraes hacia ti, dejando que sienta como no me dejarás escapar. Besas suavemente mi cuello y subes hasta mi mejilla, alcanzas mi boca, sabes que no podré resistirme y continúas haciéndome estremecer. Tus manos saben como hacerme vibrar, consigues que no sienta nada más que tu luz, caliente, inundando todo mi cuerpo. No sé quien era antes de ahora, no sé qué importa si no es este momento, no sé qué siento si no eres tú. No dejes que desaparezca esta brillante y ardiente sensación, no te separes de mi, no dejes que nada ni nadie se atreva a tocar un centímetro de mi piel, déjame vivir en ti, no quiero que acabe, sé que nunca más volveré a sentirme así.

Wooden Path es tal vez el mejor juego que se ha hecho de este tipo. Hay otros que también están bastante bien, pero lo mejor de éste es que en los niveles más complicados la solución es única y tienes que exprimir las neuronas hasta dar con ella. Además, tiene unos gráficos chulos y variantes que no se incluyen en este tipo de juegos que lo hacen aún más atractivo. Recomiendo empezar por el mapa del principiante, por muy sobrado que se vaya, para ir viendo cómo funcionan las variantes y después, bueno, a disfrutar con el del aventurero. En serio, merece la pena.

Hace ya tiempo que decidí vivir el momento presente, los minutos que están pasando ahora, liberarlos de condicionamientos, prejuicios y recuerdos, y dejarlos fluir en completa libertad. Soy lo que soy ahora, es cierto que nos moldeamos en el pasado pero cada segundo que vivimos lo engrosa, así que existe la oportunidad de cambiar, existe la libertad, sólo hay que dejar que ocurra. No sabía qué podía esperar cuando decidí acudir a la reunión anual de Mensa, así que no esperaba nada, sólo fuí con el mejor de los ánimos, dispuesta a disfrutar de la compañía de personas que sé que son especiales, originales, divertidas y curiosas. Y de la misma forma, tampoco esperaba reciprocidad, si ocurría, sería estupendo, y si no, al menos estaría allí para que fuera posible. Después de tres días de compartir charlas, juegos y risas, me siento bien, realmente bien, me alegro mucho de haber ido y de haberme permitido ser completamente libre. Sólo siento que haya durado tan poco, me han quedad