Sorpréndeme!
No me lo puedo creer. Me acabo de dar cuenta que para dar de comer a m, mi tigrecito, sólo hay que coger el filete y hacer click cerca de la cara. Se lo come todo, y después le puedes dar más y más... La de tiempo que lo he tenido ahí sin saber para qué demonios era el filete. Debería sacar alguna reflexión existencial de esto. Pero hoy no, estoy demasiado cansada, y en definitiva, la reflexión última de la vida, la verdad absoluta, el yin y el yan, es el pensamiento que emerge justo después de echar un polvo de órdago, así que en realidad cualquiera puede conocerlo, ¿ o no?.