Mono no aware
Comienza la primavera en Honshu, una mágica fortaleza que se alza sobre el Pacífico, creada por las más infernales y apocalípticas fuerzas de la naturaleza. Como las atalayas de un castillo, las veinte cumbres de la isla que surgieron de lo más profundo del océano, tocan el cielo a tres mil metros de altura, y contemplan el devenir del tiempo con una resignación firme y tranquila, dejando apenas espacio para los valientes guerreros que sobreviven en ella. La estación que llama a iniciar el eterno ciclo de la vida, inunda Honshu de pequeñas flores de cerezo, que antes de marchitarse, abandonan sus ramas para alfombrar cada camino, cada recoveco, cayendo suavemente en el agua de los estanques, lagos y ríos, sobre los que navegan hasta desaparecer. Su efímera belleza permanece sin embargo inalterable en la memoria de los habitantes de la isla, que las contemplan asumiendo que no afrontarán el paso del tiempo, ni la decrepitud de la vejez, que se desprenderán de la vida en e