Dulce anhelo
Tienes los ojos verdes, y cuando los mechones de tu pelo rubio te caen sobre la frente, los apartas girando rápido la cabeza. Si aún así persisten, soplas hacia arriba, tratando de retirarlos, y después siempre acabas quitándolos con la mano.
Habíamos ido a una fiesta en casa de un amigo, y entre risas y juegos, acabamos bailando en el jardín, abrazados, con los árboles como únicos testigos.
El sol empezaba a esconderse, las nubes pintaban el cielo de color rosa, seguimos bailando mientras la música se hacía cada vez más lejana, y el frescor del atardecer nos sorprendió besándonos.
Prometimos volver a vernos cuando el verano acabara.
Después llegó el amor, pero no supimos qué hacer con él, jugamos, y acabó por huir de nosotros. Un día nos miramos y no nos encontramos, y aún así, de vez en cuando, sigues acompañándome en mis sueños.
Supongo que aún te quiero.
Habíamos ido a una fiesta en casa de un amigo, y entre risas y juegos, acabamos bailando en el jardín, abrazados, con los árboles como únicos testigos.
El sol empezaba a esconderse, las nubes pintaban el cielo de color rosa, seguimos bailando mientras la música se hacía cada vez más lejana, y el frescor del atardecer nos sorprendió besándonos.
Prometimos volver a vernos cuando el verano acabara.
Después llegó el amor, pero no supimos qué hacer con él, jugamos, y acabó por huir de nosotros. Un día nos miramos y no nos encontramos, y aún así, de vez en cuando, sigues acompañándome en mis sueños.
Supongo que aún te quiero.
Puede ser...
ResponderEliminarQuizá.
ResponderEliminar