Pasear
Uno de los cambios que más estoy
notando, desde que nos vinimos a vivir a la nueva casa, es que parece
que no hago más que pasear.
Y es que
esta ciudad invita a hacerlo, avenidas de grandes aceras, parques
enormes cada par de manzanas, muy poco tráfico, en fin, una delicia.
Lo
que al principio fue una imposición, porque Conan tenía que salir al
menos tres veces al día para, digamos, cumplir con sus funciones
corporales, al final ha acabado siendo un placer.
Me
encanta vivir donde vivo, la casa está muy bien, nos sobra espacio, la
urbanización es perfecta para la Reina, que ya ha hecho amiguitos,
tenemos restaurantes, tiendas, el estanco, la farmacia, el banco, los
chinos... y todo lo que te puede apetecer, a sólo cinco minuos andando, y
eso, que puede parecer trivial, para nosotros que hemos estado aislados
del mundo durante 15 años, no lo es.
Estamos viviendo, a cada minuto, una nueva experiencia, una nueva vida, y nos hacía falta el cambio, tanto como respirar.
Parece
mentira como algo que te ha importado tanto, se puede echar tan poco de
menos, como aquello por lo que has peleado durante tanto tiempo, ha
dejado de ser no sólo importante, sino absurdo e ilógico.
Resultó
muy dura la decisión de empaquetarlo todo y tomar un nuevo rumbo, fue
como lanzarse al vacío, prescindir de la comodidad de las rutinas, de lo
conocido, de los lugares que siempre han estado ahí, de las costumbres
que no consigues distinguir de tu propio yo.
Pero
lo hicimos, y asumiendo que nos podía ir muy mal, finalmente estamos
sorprendiéndonos de lo fácil que ha sido, de la sensación de que juntos
podemos hacer lo que nos propongamos, una vez más.
Siempre
pensé que fue fácil emprender la aventura de compartir nuestra vida
cuando teníamos veinte años menos, y el vigor de la juventud nos
empujaba a conseguirlo todo, ahora sé que no era la juventud, sino la
pasión por seguir juntos, siempre adelante.
Nunca dejaré de sorprenderme de lo poco que me conozco.
Algo parecido me estas pasando en mi nueva casa, tipos la vida viviendo en madrid y al final me he dado cuenta el estrés que se sufre por cosas insignificantes y eso lo he aprendido viviendo en brunete, mi nuevo hogar. Donde te has mudado?
ResponderEliminarPues no muy lejos, estoy en la zona nueva de Boadilla, un sitio estupendo para vivir, no es tan tranquilo como Brunete, pero es que nos saturamos de tranquilidad y buscábamos otra cosa.
ResponderEliminarPues no estamos tan lejos, yo estoy en la parte nueva de brunete..... y simpre que me acerco a madrid paso por boadilla, curioso!!!!
ResponderEliminarPues un día que te venga bien quedamos a tomar una cervecita!! :D
ResponderEliminarYo creo que las ardillas te van a echar de menos.
ResponderEliminarHecho!!!!, cuando vuelva de francia y mis viajes hablamos, eso es el 15 de agosto, aprox, te doy un toque!!!!
ResponderEliminarVicente, yo también las echo de menos... pero mucho, mucho menos de lo que pensaba
ResponderEliminarEstupendo Pitxi, celebraremos el éxito de nuestras respectivas mudanzas!! :D
ResponderEliminarLa verdad es que es muy bonito el lugar, solo que se oyen mucho los coches y los grillos,(cri cri cri cri...) :P
ResponderEliminarLo del tráfico es un infierno!! la próxima casa no dará a la calle, te lo prometo :*
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