Kairos

No podía saber hasta qué punto el Oráculo se encontraba mal. Las señales han sido tan tenues a lo largo de estos años que las fuimos asumiendo, como la rana asume que el agua se va calentando sin notar que está empezando a hervir.

Pero se puso gris. Es dificil explicar cómo es posible que alguien se ponga gris, no es un color de piel que hubiera visto antes, pero ahí estaba, gris.

Así comenzamos este inolvidable año.

En febrero nos aventuramos a una intervención y fue bien. 

Me encanta cuando las cosas al final salen bien. Te preguntan qué tal ha ido y dices, bien. Así, como resumen general.

Te preguntan qué tal te fue en el infierno y sacudiéndote las brasas de las sandalias chamuscadas, te atusas el pelo, te limpias de ceniza la cara y dices, bien.

Y a seguir.

Porque es en esto en lo que consiste la vida, en que al final, si sigues aquí, es que las cosas van bien.

Paciencia y tiempo, Kairos nos lleva de la mano, ahora ya no tengo ninguna duda.

Cronos es el Titán del tiempo, el rio sobre el que Buda navega, Kairos sabe qué es lo que debe ocurrir y ocurrirá y no le va a importar donde estés, harás lo que debas hacer o, bueno, las cosas dejarán de ir bien.

Encontrar el momento oportuno no es tan complicado cuando por fin sabes que solo debes esperar a que Kairos te indique el camino. Tal vez te deje aparcado en un remolino, tal vez llegues a creer que vas a ahogarte, pero solo debes esperar. 

Espera y volverás a navegar.


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