Respuesta

Siempre he tenido la sensación de estar buscando algo.
No sólo era una idea, era una sensación física, de ansiedad, de espera constante, de ir abriendo puertas e ir comprobando si por fin aparecía aquello que tanto ansiaba.
No hace mucho comprendí que nunca lo encontraría y que era precisamente eso lo que siempre había buscado.
Sin decepciones, con una absoluta paz.
La búsqueda puede continuar hasta el infinito ahora que ya conozco la respuesta.

Comentarios

  1. Qué casualidad eso de la puerta. Yo vengo pensando desde hace mucho que hay una costumbre muy extendida que consiste en ir cerrándose puertas uno mismo y eso es por el miedo a la libertad. Hete aquí alguien que la abre, para ver que hay detrás y resulta que lo que había no daba miedo. Hay que seguir abriendo puertas.

    ResponderEliminar
  2. Habría que elaborar toda una teoría de las puertas, si es conveniente cerrar las que dejas atrás o no, si vale la pena entrar en una que haya abierto otra persona, si lo verdaderamente interesante no son las habitaciones a las que se pasa sino la propia puerta cerrada que debemos abrir, etc.
    A mí esto, más que zen, me parece una prueba del grand prix...

    ResponderEliminar
  3. Yo siempre he pensado que hay dos tipos de personas, las que van cerrando puertas y se quedan con la ultima abierta, a modo de eliminación o las que dejan todas abiertas y escogen la que mas le gusta. Personalmente nunca me ha gustado cerrar puertas, no dejan pasar el aire y crea una sensación de angustia bastante desagradable.

    Ahora bien, no deja de ser un tanto melancolico comprender que en realidad buscabas la certeza de saber que no habia nada

    ResponderEliminar
  4. Conoces la puerta? Pues ya puedes ir diciendome donde tá. Claro, ya se: Conoces TU puerta.

    ResponderEliminar
  5. Si Vicente, en eso consiste, no importa lo que hay detrás de la puerta, lo que importa es querer abrirla.

    ResponderEliminar
  6. XD Antonio, ojalá hubiera muchas puertas, pero creo que en realidad sólo existe una, sólo cambia lo que esperamos encontrar tras ella, pero no lo que contiene, que siempre es lo mismo.

    ResponderEliminar
  7. Si la he encontrado ha sido gracias a ti Gaiar, así que no sé como podría enseñarte lo que ya sabes ;)

    ResponderEliminar
  8. me gusta la idea de que la busqueda sea paralela a la respuesta, y totalmente independiente de esta...si, trés zen!

    ResponderEliminar
  9. Pitxi, supongo que tienes razón y la impresión es de melancolía, aunque no sé si lo siento así... tal vez si, supongo que debería esperar que haya algo, aún sabiendo que no hay nada, pero lo cierto es que no puedo.

    ¿Y si esa situación es el principio de algo? buf!! esto iría mucho más allá del zen :D

    ResponderEliminar
  10. pelao, podrían existir tres momentos, la búsqueda de la puerta, la puerta y la respuesta que hay tras ella, y los tres ser completamente independientes y que pudieran vivirse en la secuencia que a uno le apeteciera, ¿eso sería la libertad? no lo sé, pero se le parece mucho... zen al cubo!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario