Carroza

Hoy es el cumpleaños del Oráculo, cumple nada menos que 45 tacos.
Los últimos 24 cumpleaños los hemos celebrado juntos y sinceramente, llegados a este punto, me resulta bastante dificil escoger un regalo de cumpleaños adecuado para él.

Creo que le he regalado casi de todo lo que se puede comprar con dinero y casi de todo lo que no, he acertado más unas veces que otras y siempre he sabido que lo que más desea no se lo puedo regalar, ya me gustaría que nos tocara la lotería, pero por ahora, queda fuera de mis capacidades.

Hoy podría regalarle uno de sus deseos más obvios y descabellados por lo ingenuo, al menos mientras esté conmigo, y es el de despertarse después de haber pasado una noche de infarto con dos rubias en la cama, pero el caso es que para colmo ya lo cumplí involuntariamente hace años.
Una rubia era yo, que por aquel entonces no padecía sinceridad capilar, y la otra rubia era la Reina.
La noche de infarto fue la que pasamos en blanco con el gripazo de la Reina, fue realmente inolvidable.

Por otro lado también le gustan los coches, pero claro, es de gustos bastante selectos, así que como no nos toque la lotería me temo que ninguno de sus preferidos aparcará en el garaje.
Lo mismo con los barcos, sé casi exactamente el velero que le gustaría, pero también sé lo exigente que es tener un barco y me temo que tampoco hemos llegado al punto de poder permitírnoslo, ni con la filosofía de vida que llevamos, creo que lo consigamos nunca.

En cuanto a las chorraditas, pues en fin, tiene todos los juegos que quiere y en cuanto salen, son tan pocos que sería el colmo que no fuera así, lo mismo con cualquier pijada del ordenador, o cualquier pijada en general.

Porque el Oráculo es en el fondo y en la superficie, como un monje ermitaño.
Me río de los monjes budistas, y no digamos ya de los budistas con recochineo que son los zen.
No aguantaba ni uno a su lado un mes sin replantearse si realmente habían alcanzado el nirvana, y lo que es aún peor, empezando a estar seguros de no alcanzarlo nunca, visto el ejemplo que tienen delante.

En fin, que no necesita nada, ni siquiera lo que ya tiene lo necesita, así que es complicadísimo regalarle algo que le haga ilusión, porque si no le hace ilusión mejor no regalárselo o irá directamente a la papelera.
Es una tarea titánica delimitar dentro de los regalos posibles cuales considera que pueden serle útiles y cuales no, con cuales se sentiría bien y cuales le dejarían completamente frio, y cuando digo frio es como el pie de un pingüino emperador despeluchado sin remedio en pleno invierno antártico.

LLevo toda la vida con él y he llegado a la conclusión de que es imposible acertar, es que ni si quiera le dá ninguna importancia a cumplir años, ni le alegra ni le entristece, es un día como cualquier otro.

En fin, y después de dar muchas vueltas volvemos al primer regalo posible... ahora mismo es un secreto, pero mañana por la mañana se despertará después de haber pasado una noche de infarto con dos chavalas de veinte.

Siendo más exactos, con una de veinte y otra de veintiuno, y salvo por el pequeño e ínfimo detalle de que las dos comparten el mismo cuerpo, me parece que será un buen regalo.

Feliz cumpleaños, carroza :)